“Cuando un hombre sentado a la orilla del Wankí, o perdido en la montaña segoviana
escucha su voz o la de su compadre a través del mismo aparato misterioso donde habla
el presidente de la República o canta Hernaldo, este simple hecho despierta en él un
sentimiento de importancia: de ser alguien, de ser persona. El medio de comunicación
inaccesible se desmitifica y se quiebra a pedazos. No hay seres superiores que hablen
y otros inferiores que sólo escuchan. Todos pueden opinar: el niño se hace hombre
hablando y las masas se hacen pueblo diciendo su palabra”
(Una aproximación a formas de comunicación alternativas - FUCATEL)